Los clubes y los gimnasios pueden ser los lugares ideales para que los hongos aprovechen y se pasen de una persona a otra, provocando molestias e inconvenientes. En este artículo te contamos algunas medidas que debes considerar, para que vayas al gimnasio a ponerte en forma, no a “pescar” infecciones.
Una de las cosas que más le gusta a Marcelo es ir al gimnasio. Luego de sus rutinas regulares se siente como nuevo, un poco cansado, pero revitalizado y lleno de energía, como si todas sus tensiones se quedaran allí. Además, se encuentra con sus compañeros y comparten historias y experiencias. A Luciana le pasa algo similar en el club en el que practica vóley varias veces por semana. Pero no todo en el gimnasio es color de rosa. Ambos notan, de tanto en tanto, que la piel se les irrita o se enrojece en ciertas zonas, o los pies les pican. Luciana incluso ha notado que una de sus uñas ha tomado un color más oscuro, aunque no por suciedad, y para disimularla se pinta las uñas de colores fuertes.

Claro, las mujeres tenemos esa posibilidad de esconder lo que no nos gusta, aunque no es la solución en este caso, que necesita un tratamiento médico apropiado indicado por un dermatólogo (el especialista en problemas de la piel). Posiblemente Marcela se ha contagiado con alguien que, al igual que ella, también disimulaba el problema.
¿De qué estamos hablando? De algo tan común y corriente como los molestos hongos que, en general, tienden a ser superficiales. Tienes que empezar a combatirlos lo antes posible para que no se esparzan y se vuelvan más difíciles de eliminar.
Los hongos son moneda corriente en los gimnasios y clubes porque necesitan un lugar húmedo para mantenerse vivos y trasladarse de una persona a otra. Es muy fácil contraerlos en los sitios en los que se comparten duchas y tal vez toallas y otros objetos personales, en especial en los vestuarios (sobre todo la ropa para entrenamiento que proporcionan algunos clubes y gimnasios). Además, al hacer deportes el cuerpo tiende a transpirar y mantenerse más húmedo en ciertas zonas, en donde fácilmente pueden instalarse estos pequeños y molestos invasores.
Para que estés bien informada(o), aquí te contamos acerca de los tipos de hongos más comunes que puedes traer a casa del gimnasio:
Pie de atleta: en general se produce entre los dedos, donde la piel se pone roja y se cae, provocando ardor e inflamación. Este tipo de hongo puede transmitirse a través de los pisos mojados, las medias sudadas y los zapatos húmedos.
Tinea, también conocida como tiña: puede afectar la piel y el cuero cabelludo. Cuando se produce en la piel, habitualmente comienza como una pequeña zona enrojecida del tamaño de un guisante (chícharo o arveja) y se extiende en forma de círculo a medida que crece. En inglés se le conoce comoringworm, ya que puede parecer que hay gusanos diminutos debajo de la piel (aunque no es así). También, puede aparecer en la ingle, tanto en el hombre como en la mujer, causada por el sudor y la humedad que genera el roce de la ropa al hacer ejercicio.
Hongos en las uñas: cuando se ponen quebradizas, cambian de color o de grosor o se separan de la piel, entonces es posible que estén infectadas, tanto las de las manos como las de los pies.
Para evitar el contagio, debes poner en práctica unos sencillos cuidados que te ayudarán a evitarlos:
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