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viernes, 21 de enero de 2011

Preeclampsia y Eclampsia

¿Qué es?

La preeclampsia es una condición que ocurre solo durante el embarazo y después de las 20 semanas de embarazo. Una mujer con preeclampsia desarrolla presión arterial alta y proteína en la orina, y a menudo tiene inflamación (hinchazón) en las piernas, manos, cara o todo el cuerpo.
Cuando la preeclampsia se vuelve severa, puede causar complicaciones peligrosas tanto para la madre como para el feto. Una de estas complicaciones es la eclampsia, nombre que se le da a las convulsiones o coma causados por preeclampsia severa.

Los especialistas aún están investigando la razón por la cual ocurre la preeclampsia, e investigaciones recientes han brindado conocimiento básico sobre la enfermedad. La preeclampsia ocurre cuando la placenta no se sujeta a las paredes del útero tan profundamente como debería hacerlo. Esto sucede cuando la placenta no forma un sistema arterial normal.
Muchas causas pueden conducir a la formación de un sistema arterial anormal en la placenta, incluidos enfermedades que pueden interferir con la circulación normal (diabetes o presión arterial alta), factores genéticos (hereditarios) y la manera en que el sistema inmune reacciona al crecimiento de la placenta.

A medida que el embarazo progresa, la placenta, que no tiene un sistema arterial normal, crea un equilibrio anormal de enzimas (proteínas) llamadas factores de crecimiento, que tienen efecto en las arterias del cuerpo. Este equilibrio anormal de enzimas modifica el funcionamiento de las arterias y la placenta de la madre. Las arterias de todo el cuerpo pueden cerrarse (volverse angostas) y elevar la presión arterial. Estas también pueden comenzar a “filtrar”, que hace que las proteínas o los líquidos escurran por las paredes de las arterias, lo que puede inflamar los tejidos. Las arterias pueden también reaccionar al factor de crecimiento normal formando coágulos.

En la preeclampsia, los cambios arteriales disminuyen el suministro de sangre que llega al feto y la placenta, a los riñones, hígado, ojos, cerebro y otros órganos de la madre.

La preeclampsia y la eclampsia son causas principales de enfermedades y muerte en las madres y los recién nacidos. La preeclampsia ocurre en alrededor del 5 al 8% de las embarazadas en Estados Unidos. La eclampsia ocurre en 1 de cada 200 mujeres con preeclampsia y a menudo es mortal si no se la trata.

Las siguientes condiciones aumentan la probabilidad de que una mujer desarrolle preeclampsia y eclampsia.

Presión arterial alta crónica (prolongada)
Obesidad
Diabetes
Enfermedad renal (en el riñón)
Tener menos de 15 o más de 35 años
Primer embarazo
Tener preeclampsia en embarazos anteriores
Gestaciones múltiples (mellizos, trillizos o más)
Ciertas condiciones autoinmunes, incluidos el síndrome antifosfolipídico y algunas condiciones de artritis de tipo autoinmune
Afroamericanos o hispanos
Tener una hermana, madre o hija que hayan tenido preeclampsia o presión arterial alta en el embarazo
Tener una pareja (hombre) cuya pareja anterior (mujer) tuvo preeclampsia (esto sugiere que la genética del padre, transferida al feto y la placenta, podrían influir)
Tener una pareja (hombre) con quien tuvo relaciones sexuales durante un breve periodo antes de quedar embarazada (esto podría deberse a un cambio en la manera en que el sistema inmune de la mujer reacciona a los genes del padre, después de repetidas exposiciones a ese semen)

Síntomas

Preeclampsia leve: una mujer con preeclampsia leve podría observar cualquier síntoma o podría tener solo inflamación leve en las manos o pies. No obstante, la mayoría de las embarazadas presentan algún tipo de inflamación, por eso no toda inflamación indica preeclampsia.

Preeclampsia severa: los síntomas pueden incluir:

Dolor de cabeza
Cambios en la vista
Náuseas y dolor abdominal, por lo general en el abdomen superior
Dificultad para respirar
Dolor pélvico
Sangrado (hemorragia), en las encías o la vagina o sangre en la orina
Eclampsia: la eclampsia causa convulsiones, que a su vez causan pérdida del conocimiento con espasmos en los brazos y piernas, y podría causar pérdida del control de esfínteres (vejiga o intestinos).

Diagnóstico

Dado que la preeclampsia siempre causa síntomas evidentes, es importante que todas las embarazadas visiten regularmente a un profesional de la salud durante el embarazo para cuidado prenatal. Esto le da más oportunidad de que le diagnostiquen y le traten la preeclampsia antes de que se vuelva un caso severo. Su médico o partera le medirá su presión arterial y analizará su orina para medir la proteína en cada visita prenatal porque los resultados anormales son los signos tempranos más comunes de preeclampsia.

La preeclampsia puede ser especialmente difícil de detectar en mujeres que tienen antecedentes de presión arterial alta (hipertensión) antes del embarazo. Una de cada cuatro mujeres con presión arterial alta desarrolla preeclampsia durante el embarazo, por eso es esencial que estas mujeres sean controladas de cerca para detectar cambios en la presión arterial y en la proteínas, mediante un análisis de orina.

Su médico o partera le diagnosticará preeclampsia o eclampsia según sus síntomas y los resultados de sus análisis. Se han desarrollado y se están estudiando análisis para medir el nivel de varias proteínas relacionadas con la preeclampsia; estos análisis podrían estar disponibles en los próximos años y podrían ayudar a los médicos a detectar o diagnosticar preeclampsia. En la actualidad, como no hay disponible un simple análisis de sangre, el diagnóstico se determina como se describe a continuación:

Preeclampsia leve: caracterizada por lo siguiente:

Presión arterial alta de 140/90 o más; o un aumento de 30 en la fase sistólica (el valor más alto) o un aumento del 15 en la fase diastólica (el valor más bajo), aún si los valores no son mayores de 140/90.

inflamación que ocurre aún al estar acostado, aumento de peso de más de 2 libras (alrededor de 4 Kg.) en una semana o aumento de peso repentino (inflamación en el área del tobillo que es normal durante el embarazo).

Proteína en la orina.

Preeclampsia severa: caracterizada por lo siguiente:

Presión arterial de 160/110 o más alta al estar acostado y en más de una medición con seis horas de diferencia entre ellas.

Proteína en la orina de más de 5 gramos en un periodo de 24 horas.

Síntomas tales como dolor de cabeza severo, cambios en la vista, micción reducida (orinar menos), dolor abdominal, líquido en los pulmones, dolor pélvico y sangrado vaginal.

Signos del síndrome “HELLP”, que significa que el hígado y los sistemas de coagulación no funcionan normalmente. HELLP significa Hemólisis (glóbulos rojos rotos), enzimas Hepáticas (Liver) Elevadas (por la inflamación y hemorragia del hígado) y Plaquetas Bajas (Low) (células que ayudan a la coagulación de la sangre). Ocurre en alrededor del 10% de los pacientes con preeclampsia severa.

Eclampsia: la eclampsia se diagnostica cuando una mujer con preeclampsia tiene convulsiones o entra en coma. Estas convulsiones usualmente suceden en mujeres con preeclampsia severa. Sin embargo, también puede ocurrir con la preeclampsia leve. La eclampsia pueden manifestarse repentinamente después de que una mujer da a luz. Alrededor del 30 al 50% de los pacientes con eclampsia también tienen el síndrome HELLP

Duración

La preeclampsia puede manifestarse al transcurrir las 20 semanas de embarazo, pero es más probable que se manifieste durante los últimos tres meses de embarazo. Usualmente puede tratarse durante el resto del embarazo. Si la condición empeora y amenaza la salud de la madre al causar eclampsia u otras complicaciones, el bebé debe nacer y salir también la placenta. La preeclampsia desaparece después de embarazo.

Prevención

Dos estudios publicados en octubre de 2007 mostraron que un control cuidadoso del peso durante el embarazo puede disminuir el riesgo de preeclampsia. Cuando los investigadores compararon las mujeres que tuvieron un aumento de peso menor, mediano y mayor, se descubrió que las mujeres que aumentaron menos de 15 libras (aproximadamente 8 Kg.) presentaron menos casos de preclampsia. Las mujeres que aumentaron más de 35 libras (aproximadamente 16 Kg.) presentaron tasas de preeclampsia mucho más alta. Estos resultados fueron ciertos en mujeres con un índice de masa corporal normal antes de los embarazos, al igual que en el caso de las mujeres que tenían sobrepeso o eran obesas.

En extensos estudios en mujeres sanas se demostró que el calcio y una dosis baja de aspirina, tratamientos que alguna vez se creyeron prevenían la preeclampsia, no ayudan a evitarla.

Algunos especialistas sospechan que la dosis baja de aspirina podría brindar una leve protección a mujeres que tienen un riesgo especialmente mayor de preeclampsia, aunque no se ha demostrado que el tratamiento funcione en mujeres con riesgo promedio.

Las complicaciones de la preeclampsia y la eclampsia pueden prevenirse. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (U.S. Centers for Disease Control and Prevention) descubrieron que las mujeres que reciben cuidado prenatal tienen siete veces menos probabilidad de morir de preeclampsia y eclampsia que aquellas que no se realizan controles prenatales. El cuidado prenatal es esencial y un paso que salva vidas ya que previene las complicaciones y la muerte tanto de la madre como del feto.

Tratamiento

La única cura para la preeclampsia y la eclampsia es que el bebé nazca. Si sus síntomas son leves, su médico o partera podría tratar de retrasar el nacimiento para asegurarse de que el bebé se haya desarrollado lo suficiente como para poder nacer sin problemas.

Preeclampsia leve: el objetivo del tratamiento de la preeclampsia leve es retrasar el nacimiento hasta que el feto haya madurado lo suficiente como para que pueda vivir fuera del útero. Probablemente le pidan que tenga reposo y su médico o partera le controlará su presión arterial, peso, proteína en la orina, enzimas hepáticas, función renal y factor de coagulación de su sangre. Su proveedor de salud también controlará su salud y el crecimiento del feto. Algunas mujeres necesitan ser hospitalizadas para recibir un tratamiento y control adecuados, mientras otras pueden permanecer en sus hogares. Si no la hospitalizan, necesitará que su profesional de la salud la controle con frecuencia.

Preeclampsia severa: el objetivo general es prevenir la eclampsia (convulsiones), evitar otras complicaciones y tener a su bebé tan pronto como su salud física se lo permita. Su estado de salud física y bienestar comenzarán a reestablecerse una vez nacido el bebé. Las mujeres con preeclampsia severa son hospitalizadas y generalmente son tratadas con sulfato de magnesio, un medicamento para disminuir el riesgo de las convulsiones. El sulfato de magnesio usualmente se da por vía intravenosa (en la vena) o se inyecta en el músculo. Podría ser necesaria medicación para bajar la presión arterial antes de dar a luz.

Eclampsia: las convulsiones generalmente se tratan con sulfato de magnesio por vía intravenosa. Podrían usarse otros medicamentos anticonvulsivos como el lorazepam (Ativan) o la fenitoína (Dilantin), pero estos no funcionan bien en el control de la eclampsia. Una vez controladas las convulsiones y estabilizada la presión arterial de la madre, el bebé puede nacer.

Cuándo llamar a un profesional

Usted debería programar una cita para control prenatal con un profesional de la salud tan pronto como sepa que está embarazada. Si tiene inflamación, dolor de cabeza severo, cambios en la visión, dolor abdominal o pélvico u otros síntomas de preeclampsia, visite a su médico o partera de inmediato.

Pronóstico

La recuperación total de la preeclampsia es muy buena. La mayoría de las mujeres mejoran en uno a dos días posteriores al nacimiento, y la presión arterial vuelve a reestablecerse como antes del embarazo en las siguientes 6 a 12 semanas. El cuidado prenatal puede reducir drásticamente las complicaciones y las muertes por preeclampsia porque las mujeres diagnosticadas con preeclampsia leve pueden recibir tratamiento sin demora. Entre el 5 y el 8% de las embarazadas en Estados Unidos desarrollan preeclampsia. El progreso en el tratamiento de la preeclampsia ha salvado vidas de las madres y sus recién nacidos. En Estados Unidos y Gran Bretaña, entre el 1 y el 2% de las mujeres que desarrollan eclampsia mueren y el 3% de los bebés mueren durante o después del nacimiento. La tasa de mortalidad de la madre por eclampsia es lugares donde el cuidado de la salud no es fácil acceso puede exceder el 13%.

Alrededor de una de cada cinco mujeres con preeclampsia en el primer embarazo tendrán preeclampsia en el segundo embarazo.

Tomado de Vida y Salud

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