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jueves, 21 de abril de 2011

Hernias umbilicales


Mi primer hijo tuvo un hernia en el ombligo y no quiero que a mi segunda hija le pase lo mismo. Me dicen que le ponga una fajita ajustada en la cintura desde que me la traiga del hospital y que así no le saldrá. ¿Es cierto?
Desgraciadamente esa fajita no le va a servir para prevenir la hernia y probablemente hará que esté incómoda, según lo ajustada que se la ponga. Así que no se la recomiendo. Éste es otro de los mitos que se perpetúan porque si alguien usó la fajita en alguno de sus hijos y éste, por pura coincidencia, no tuvo hernia, va a decir que la fajita funcionó. Y en caso de que haya tenido hernia, le van a decir que fue porque no le puso la fajita lo suficientemente ajustada.
En realidad, las hernias umbilicales tienen un componente hereditario. Y son más comunes en los embarazos prematuros. Lo único que puede hacer y que está a su alcance es procurar llevar un embarazo saludable para disminuir las posibilidades de dar a luz antes de las 37 semanas.
Las hernias umbilicales se ven como una bolita de diferentes tamaños (según lo grande que sea la hernia) en el ombligo. Se deben a una debilidad de los músculos que rodean al ombligo y que permiten que los tejidos del abdomen salgan a través del mismo.
Si su hija es muy pequeña, no hay que hacer nada. El riesgo es cuando ya es muy grande, ya que podría salirse un trozo del intestino y estrangulársele, convirtiéndose así en una emergencia que requeriría cirugía inmediata.
En la mayoría de los casos las hernias umbilicales infantiles son pequeñitas y se cierran hacia los 3 años. Solamente es necesario operarlas si no han cerrado hacia los 4 ó 5 años, si son grandes, si causan algún síntoma y se tornan en una emergencia, o si la persona se siente muy incómoda desde el punto de vista estético. Pero que quede claro: las fajas ajustadas ni previenen las hernias en los bebés ni las hacen desaparecer.
Tomado de Vida y Salud

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