
Si eres de los que prefieren hidratarse con una bebida deportiva cuando sales a correr o durante tu rutina de ejercicios, o acostumbras consumir bebidas energéticas cuando sales con tus amigos, préstale atención a este artículo: un estudio reciente ha encontrado que podrían afectar al esmalte dental y han abierto el debate. Infórmate para que puedas tomar una decisión al respecto.
Pedro es un joven muy sano, le encanta correr y entrena todas las semanas para participar en cada maratón que puede. Mientras se entrena, le resultaba imprescindible tomar algún tipo de bebida deportiva o energética que lo mantenga hidratado y fuerte para seguir practicando
Sin embargo, hace un tiempo comenzó a sentir sensibilidad en los dientes y vino al consultorio en busca de una solución, para volver a tomar su bebida bien helada sin esa sensación de que se le congela la dentadura.
Para comenzar, le recomendé una buena crema dental para que se cepillara los dientes dos veces por día, como mínimo, y que visitara a un odontólogo (dentista). Pero también se llevó otra respuesta, que no se imaginaba…
Le conté, entonces, sobre un nuevo estudio desarrollado por unos investigadores de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad del Sur de Illinois, según el cual las bebidas energéticas y deportivas pueden dañar el esmalte de los dientes y, de ese modo, aumentar las posibilidades de que se formen caries y de que se produzca sensibilidad, que es justamente lo que le preocupaba a Pedro.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron la acidez de 13 bebidas deportivas y nueve energéticas, que resultó ser diferente de acuerdo a los distintos tipos de bebidas, sabores y marcas comerciales.
Además, seis de ellas se relacionaron con sus efectos sobre el esmalte dental — que es la capa protectora de los dientes y que una vez que se daña no puede ser reparada. En este punto, tanto las bebidas deportivas como las energéticas causaron daño.
Específicamente, los científicos sumergieron muestras del esmalte de dientes humanos en tres bebidas deportivas (Gatorade Rain, Powerade Option y Propel Grape) y de tres bebidas energéticas (Monster Assault, Red Bull y 5-hour Energy) durante 15 minutos.
Luego, sumergieron esas mismas muestras de esmalte en saliva artificial durante dos horas y repitieron este procedimiento cuatro veces por día durante cinco días, reemplazando las bebidas a diario.
De ese modo, los investigadores intentaron simular lo que ocurre en la vida real y comprobaron que luego de cinco días de exposición a estas bebidas, la pérdida del esmalte dental fue evidente: alrededor de 1.5 por ciento con las bebidas deportivas y un 3 por ciento con las bebidas energéticas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario