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viernes, 29 de junio de 2012

La calidad del aire que respiramos en casa

¿Sabías que con sólo entrar en tu propia casa puedes multiplicar las bacterias dentro de ella y aumentar los riesgos para tu salud y la de tu familia? Pues así es, y es conveniente que sepas como minimizar esos riesgos con unas cuantas medidas sencillas.

A Julia le encanta tener su casa siempre inmaculada y se desvive por eliminar el polvo y la suciedad del suelo, especialmente ahora que su pequeñín ha comenzado a gatear y a explorar así toda la casa. Julia hace bien en proporcionarle a su pequeño un hogar aseado y ordenado, pero quizás se desmayaría del susto si supiera en realidad cuantos microorganismos, tan diminutos que nuestros ojos no pueden percibir, pululan en el suelo a pesar de sus esfuerzos.

Según un estudio llevado a cabo por unos investigadores de la Universidad de Yale (publicado online antes de su publicación en la revista Indoor Air), reporta que el simple hecho de entrar en una habitación puede lanzar hasta 37 millones de bacterias al aire cada hora. ¿De dónde vienen esas bacterias “voladoras”? En su mayor parte de otras personas que entraron anteriormente y las depositaron en el piso. Desde allí se mueven cuando entra otra persona, y se vuelven a suspender en el aire esas bacterias. El polvo que se acumula en el piso es la fuente principal de las bacterias que respiras.

Para hacer el estudio, los investigadores analizaron las partículas biológicas de un aula universitaria de la primera planta del edificio durante ocho días seguidos, cuatro cuando el aula se ocupaba de forma regular y cuatro cuando estaba vacía todo el tiempo. Las puertas y ventanas permanecieron cerradas mientras duró el estudio.

Durante los cuatro días en que el aula estuvo ocupada, se produjo un aumento significativo en las concentraciones aéreas de bacterias y de hongos de distintos tamaños. Cerca del 18% de las bacterias nuevas y las depositadas antes provenían de las personas, no de las plantas ni de otras fuentes.

El resultado de este estudio es una llamada de alerta para que todos protejamos la calidad del aire que respiramos, sobre todo en los recintos cerrados y así también protegeremos nuestra salud. Si tú, como la mayoría de las personas, pasas gran parte de tu tiempo en tu casa, estás en peligro de contraer distintas enfermedades infecciosas, si no tomas algunas medidas para mantener un buen sistema de limpieza.

La calidad del aire bajo techo.

La contaminación del aire en los recintos cerrados puede contribuir al desarrollo de infecciones, en especial de las vías respiratorias, así como de dolores de cabeza, ojos secos, congestión nasal, náusea y fatiga. Afortunadamente, eso puede cambiar. Hay maneras de mantener la calidad del aire interior, controlando en tu casa en lo posible los principales contaminantes. Veamos a continuación a los principales “culpables”:

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