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jueves, 28 de junio de 2012

El comer pescado podría reducir los síntomas de la depresión

Según un estudio reciente, el consumo de pescado rico en ácidos grasos omega-3 podría ayudar a reducir la severidad de los síntomas de depresión.

Investigaciones anteriores han sugerido que el consumo de ciertas variedades de pescado ricas en ácidos grasos omega-3, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), podría ayudar a aliviar los síntomas de la depresión. En un nuevo estudio, los científicos analizaron esta conexión mediante el examen de los datos de 10,480 hombres y mujeres que habían participado en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2005-2008. La información incluyó el consumo de pescado durante un período de 30 días así como la ingesta de EPA y DHA.

Los resultados mostraron que el consumo de pescado empanizado dio lugar a síntomas de depresión más graves. Sin embargo, un mayor consumo de EPA y DHA en pescado fresco se asoció significativamente con el experimentar menos síntomas de depresión.

Los autores concluyeron que el consumo de pescado rico en ácidos grasos omega-3 podría beneficiar a las personas que sufren de depresión. Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.

Los principales ácidos grasos esenciales en la dieta humana son los ácidos grasos omega-3 y omega-6. Las fuentes dietéticas de ácidos grasos omega-3 son el aceite de pescado y ciertas plantas y aceites de frutos secos. Los ácidos grasos omega-6 en la dieta provienen principalmente de las aceites de palma, soja (soya), colza y girasol. Los ácidos grasos omega-9 no se consideran esenciales, porque pueden ser producidos dentro del cuerpo. Las fuentes de los ácidos grasos omega-9 incluyen la grasa animal y el aceite de oliva. El aceite de pescado contiene el ácido graso omega-3 docosahexaenoico (DHA) y el ácido graso eicosapentaenoico (EPA). Algunas nueces, semillas (de linaza) y aceites vegetales (de canola, soya, linaza y oliva) contienen ácido alfa-linolénico (ALA), que el cuerpo puede convertir en EPA y DHA.

La relación óptima de ácidos grasos omega-6 y omega-3 es de 4:1, mientras que la dieta de los estadounidenses en general, ofrece una proporción de 20-30:1. Se ha encontrado que en los Estados Unidos, los porcentajes de DHA y EPA son más bajos que en otras naciones con menor incidencia de la enfermedad cardíaca, como por ejemplo Japón.

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