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jueves, 29 de septiembre de 2011

El nivel de testosterona no necesariamente disminuye debido a la edad

En cuestiones de salud, el calendario paga frecuentemente los platos rotos. Hay varias condiciones que se consideran “achaques de los años”, entre ellos, la reducción de los niveles de la testosterona en los hombres de edad adulta. Ahora, una nueva hipótesis plantea la posibilidad de que es el estado de salud en general el que genera la disminución de la hormona, y no la edad. De ser así, es necesario un replanteamiento de los tratamientos actuales con testosterona. ¡Entérate aquí!

Si tus hijos o tus nietos te dicen que te estás convirtiendo en un “viejo gruñón” y tu mujer te pregunta constantemente por qué estás de mal humor, posiblemente haya una explicación para tu estado de ánimo, relacionada con los niveles de la hormona predominante en los hombres: la testosterona.

La testosterona es la hormona sexual más importante que tienen los hombres. Es la que promueve el desarrollo de los órganos reproductores masculinos y fomenta las erecciones y la conducta sexual. También causa características sexuales secundarias durante la pubertad, como el engrosamiento de la voz y el crecimiento del vello corporal y facial, y ayuda a mantener los músculos y los huesos.

A medida que los hombres envejecen, el nivel de esta hormona disminuye, lo que puede generar diversas consecuencias tanto físicas como psicológicas. A este proceso se le conoce como andropausia o menopausia masculina, que en cierta forma sería el equivalente a la menopausia en las mujeres.

A diferencia de lo que se creía hasta el momento, un nuevo estudio desarrollado por unos investigadores australianos encontró que la edad por sí sola no provoca un descenso en los niveles de la testosterona, sino que esto se relaciona con un estado de salud general en declive.

En otras palabras, luego de analizar a más de 300 hombres mayores de 40 años, los especialistas encontraron que la cantidad de testosterona en la sangre no se reducía en quienes tenían una salud óptima, lo que contradice a investigaciones anteriores que indicaban que la deficiencia de testosterona relacionada con la edad contribuía al deterioro de la salud, a la fatiga y a la pérdida del libido.

De ser así, la actual tendencia al tratamiento con testosterona sería errónea. Por eso, este estudio (cuyos resultados todavía son preliminares y deben ser revisados y aprobados por colegas de la comunidad científica), abre las puertas a una nueva línea de investigación en busca de soluciones más efectivas para este problema que hoy afecta a muchos hombres y les provoca síntomas como:

Reducción del impulso y el deseo sexual
Disfunción eréctil
Reducción en el tamaño de los testículos.
Agrandamiento de las glándulas mamarias (los pechos).
Pérdida del vello del cuerpo.
Disminución en los músculo y en la fuerza física.
Mayor acumulación de grasa (en especial en el área de la cintura).
Elevación del colesterol.
Debilitamiento de los huesos (osteoporosis) y pérdida de energía.
Alteraciones en el estado anímico (depresión, ansiedad y/o cambios de estados de ánimo).
Problemas de concentración, memoria u otras funciones cognitivas.

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