¿Cómo puedo saber si el dolor que siento en las articulaciones de los dedos de las manos es artritis u otra cosa? ¿Ayudarían las inyecciones de cortisona a aliviar el dolor de las articulaciones e hinchazón de los dedos? En caso negativo, ¿qué otras alternativas tengo?
RESPUESTA de la Dra. Nisha Manek, Reumatología, Mayo Clinic de Rochester en Minnesota, Estados Unidos:
Parece que usted efectivamente tiene artritis reumatoide. El dolor en las articulaciones de los dedos de las manos es el síntoma inicial típico de esta enfermedad. Si usted realmente padece artritis reumatoide, hay varias alternativas de tratamiento eficaces, entre las cuales están las inyecciones de cortisona.
No existe ningún examen ni síntoma que por sí solo confirme la artritis reumatoide. El médico diagnostica esa enfermedad en base, sobre todo, al historial médico del paciente y al examen clínico. El dolor y la rigidez en las articulaciones generalmente empieza en las manos y en los pies, afectando ambos lados del cuerpo. El dolor y la rigidez podrían aumentar lentamente en el transcurso de pocas semanas; pero en ciertos casos, los síntomas se presentan rápido, casi de un día para el otro. Conforme avanza la enfermedad, los hombros, codos, rodillas, caderas, mandíbula y cuello se ven afectados. Otros síntomas también pueden ser los siguientes:
- El dolor se alivia con calor. El tomar una ducha o un baño en agua caliente generalmente ayuda.
- Manos enrojecidas e hinchadas
- Cansancio
- Articulaciones sensibles
- Fiebre
- Pérdida de peso
A fin de confirmar el diagnóstico, el médico podría solicitar análisis de sangre para medir el proceso inflamatorio del organismo. Esos resultados ofrecen pistas importantes porque la artritis reumatoide es el resultado de un revés en el sistema inmunológico y no es fruto del desgaste natural de las articulaciones.
En la artritis reumatoide, el sistema inmunológico ataca el revestimiento de las articulaciones (sinovio), que es lo que las permite moverse sin tropiezos. El sinovio se inflama e hincha, produciendo dolor con el movimiento. Esa inflamación hace que el sistema inmune trabaje aún más, derivando en mayor hinchazón e inflamación. Si no se administra un tratamiento para interrumpir ese ciclo, la artritis reumatoide termina por causar daños y deformidades en las articulaciones, además de restringir la capacidad de la persona de utilizar las articulaciones afectadas.
A pesar de que no se entienda qué trastrueca el sistema inmune, ciertos genes pueden aumentar la susceptibilidad de una persona hacia la enfermedad. Además, las enfermedades, los factores ambientales y el estilo de vida también desempeñan una función. El hábito de fumar cigarrillos, por ejemplo, parece acelerar al sistema inmune y si usted fuma, es importante que deje de hacerlo.
No existe cura para la artritis reumatoide, pero la mayoría de gente logra controlar la enfermedad y lleva una vida activa. Durante la última década, el tratamiento se ha vuelto más diligente y agresivo. Normalmente se empieza con una combinación de medicamentos para mantener bajo control a la enfermedad lo antes posible. El plan inicial de tratamiento podría incluir inyecciones de cortisona y la administración prolongada de lo que se conoce como fármaco antirreumático modificador de la enfermedad. Por otro lado, también se pueden considerar otros medicamentos y a continuación le ofrezco información sobre algunas alternativas:
Cortisona: la cortisona oral disminuye rápida y eficazmente la inflamación de las articulaciones y puede administrarse durante un período corto. La cortisona, que también se conoce como esteroides o prednisona, podría también inyectarse en las articulaciones, incluso en las de los dedos. (Como nota aparte menciono que dos médicos de Mayo Clinic ganaron un Premio Nobel por el descubrimiento de este medicamento todavía importante).
Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME): esta categoría representa el tratamiento principal para la artritis reumatoide. Con el transcurso del tiempo, los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad detienen el avance de la artritis reumatoide y salvan a las articulaciones y otros tejidos de daños permanentes. Los medicamentos que generalmente se emplean son la hidroxicloroquina (Plaquenil) y el metotrexato (Rheumatrex, Trexall).
Inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa: el factor de necrosis tumoral (FNT) alfa es una proteína producida por los glóbulos blancos, que activa el sistema inmune. Por lo general, los inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa se emplean conjuntamente con los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad. Entre los medicamentos de esta categoría están el infliximab (Remicade) y el etanercept (Enbrel).
Colabore estrechamente con su reumatólogo para determinar el abordaje terapéutico que mejor funcione para usted. Existen muchas alternativas capaces de aliviar los síntomas de inmediato y de controlar la enfermedad a largo plazo.
Tomado de Vida y Salud
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