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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Flores que ayudan a curar; se recomiendan para complementar tratamientos médicos convencionales

Imagen tomada de internet

En teoría las esencias concentran energía que ayuda a equilibrar las frecuencias de vibración del cuerpo.

A veces, y aunque no lo crea, las esencias florales pueden darles a las personas la ayuda que necesitan para superar o sobrellevar instantes de tristeza, soledad o desesperación. Ellas han sido utilizadas desde tiempos ancestrales en los procesos de sanación y de desarrollo.

Estos preparados naturales, que conservan las cualidades energéticas de las flores, fueron estudiadas por el médico inglés Edward Bach. El investigador comprobó que ciertas enfermedades tienen origen en el plano emocional, razón por la cual de la actitud que se adopte frente a estos padecimientos, depende también la posibilidad de sanar.

Las alteraciones físicas o mentales producen un desequilibrio de la energía del cuerpo, lo que genera la aparición súbita de molestias.

Cuando entran al cuerpo, las esencias florales -que son elementos cargados de energía, con una frecuencia específica de vibración- ayudan a corregir dichas alteraciones; lograrlo permite, a la vez, mejorar la actitud frente a la vida y disminuir los estados de ansiedad y de estrés, la depresión y controlar las emociones. Así es posible sobrellevar mejor las pérdidas, los miedos y los cambios.

Vale aclarar que aun cuando las esencias y la homeopatía hacen parte de la llamada medicina alternativa, son distintas. La homeopatía es un estímulo que busca modificar manifestaciones particulares y síntomas en cada individuo; las esencias actúan principalmente sobre las emociones y el afecto.

Éstas se adaptan a las necesidades de cada persona. En algunos casos es necesario empezar con una esencia conocida como rescate, que resulta de la combinación de varias flores: estrella de Belén, clemátide, impaciencia y heliantemo. Es muy útil para romper los bloqueos que afectan a las personas en ciertos momentos de su vida.

Se pueden consumir en gotas (la cantidad y el número de tomas dependerá de la condición de cada individuo). El tiempo de uso varía según la evolución de los síntomas.

Se recomiendan para el manejo de duelos por la pérdida de un ser querido, de un empleo o por una separación; también en casos en los que se vea comprometido el estado de ánimo o cuando las emociones desencadenan un conflicto: orgullo, rabia, depresión, tristeza, irritabilidad y estrés, entre otras.

También puede recurrirse a ellas en aquellas etapas de la vida que impliquen un proceso de adaptación y cambio, como la adolescencia, el embarazo, el posparto y la menopausia; de igual modo para aliviar el cansancio físico y mental y para ayudar a superar ciertas adicciones.

Por ser preparados naturales, las esencias florales no tienen efectos secundarios, de modo que pueden usarse como complemento de los tratamientos convencionales.

Se pueden administrar a niños, mujeres en embarazo, durante la lactancia y, en general, a cualquier persona. Aun así, es importante tener en cuenta el medio de dilución de las esencias.

Dependiendo de la necesidad y del paciente, se administran diluidas en agua, brandy o vinagre de manzana.

Cómo ayudan



En caso de que se consuman varias esencias florales lo ideal es esperar cinco minutos entre el consumo cada esencia.

Hay que evitar exponerlas a la luz y no mantenerlas cerca de aparatos eléctricos (pues emiten ondas que pueden alterar la composición vibracional de la esencia). Es vital mantenerlas cerradas todo el tiempo.

Lo más importante es tener la asesoría de un profesional médico que le ayude a establecer qué esencia floral es la que realmente necesita.

Apartes tomados de El Tiempo

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