No sólo la piel necesita estar protegida de las radiaciones ultravioletas del sol. Los ojos también están expuestos y hasta son más sensibles por lo que pueden sufrir daños y lesiones, tanto a corto como a largo plazo. De ahí la importancia de que uses lentes para el sol. Descubre más detalles sobre cómo proteger tu vista para que puedas disfrutar un mundo a todo color.
Las radiaciones ultravioletas del sol son las responsables del cáncer de la piel, por eso es tan importante que uses protector solar, aun en invierno y cuando está nublado, pues estos rayos son capaces de atravesarlo todo, hasta el vidrio.
Del mismo modo, los rayos ultravioletas pueden dañar los ojos (¡que son hasta 20 veces más sensibles que la piel!) y provocar problemas permanentes en la vista, tanto a corto como a largo plazo.
Luego de pasar un día en la playa, por ejemplo, es posible que tus ojos se vean rojos, hinchados y estén sensibles a la luz. Eso se debe a lo que se denomina fotoqueratitis, que no es más que una quemadura de sol en los ojos. Y ese es sólo uno de los daños que pueden causar las radiaciones a tu vista, que en los casos más severos pueden ocasionar pérdida de la visión en menos de 48 horas.
A largo plazo, las radiaciones pueden provocar cataratas (cuando el cristalino se pone opaco y la vista se vuelve borrosa), degeneración macular relacionada con la edad (una de las principales causas de ceguera en las personas mayores), una enfermedad que se conoce como “ojo del surfista” (que médicamente se llama pterigio o pterigion y es un crecimiento de tejido anormal dentro del ojo, que causa ardor e irritación) y hasta se puede desarrollar cáncer ocular.
¿De qué modo puedes proteger tus ojos del sol? Usando lentes con protección contra los rayos ultravioletas A y B (UVA y UVB). Y tal como ocurre con el protector solar para la piel, también es importante que uses los lentes de sol en invierno, sobre todo si estás en lugares en donde hay nieve.
En algunos países, el servicio del clima indica la cantidad de radiación en cada ciudad, lo que permite conocer cuántos rayos UV llegarán a la tierra y, de ese modo, puedes saber si es necesario que uses los lentes o no.
Sin embargo, esto no existe en todas partes y puede que no sepas cómo tener acceso a esa información. Por eso, lo mejor es ser prudente y que te cuides del sol, usando protección y evitando exponerte a los rayos en los horarios que son considerados peligrosos (recuerda que las camas solares también emiten radiaciones).
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