
¿Es envidia, competencia, incomprensión o simplemente mala comunicación?
“Familia… querida, amada, única” siempre un tema especial y delicado. Cada quien su propia historia y sus características tan peculiares. No hay dos familias iguales ya que cada una tiene su sazón único. Las reuniones familiares siempre provocan sentimientos encontrados, emociones gratas, alegrías, rencuentros; por el otro, traen viejos recuerdos, malos entendidos, resentimientos, rivalidades y frustraciones. Aprender a disfrutar la familia es importante ya que cuando esta nos contiene los integrantes se fortalecen, se nutren y encuentran un lugar seguro para crecer, cuando no la tienen estos lazos son difíciles de encontrar y generalmente la persona sufre y siente un gran vacío difícil de llenar…
Nadia no es la excepción; ella pertenece a una familia numerosa, llena de primos, tíos, abuelos, sobrinos, etc. Se acerca el viaje que cada año hace la familia. Ella no sabe si prefiere quedarse sola en su departamento y evitar los pleitos y los malos ratos que pasa en cada reunión familiar.
Ella es una muchacha talentosa y con grandes éxitos para la edad que tiene, cuenta con un buen trabajo que le permite mantenerse sola. Su vida, en general es buena, cualquier madre estaría orgullosa.
Sin embargo, los ojos de la propia Madre no siempre son los ojos de todos aquellos que nos rodean. Los éxitos de uno no son siempre motivo de celebración para los demás, incluso cuando se trata de parientes y amigos. Cada quien tiene su historia y sus propios problemas; algunos por falta de oportunidades, otros por tener poca motivación o menos recursos y aún otros, por dificultades personales. El regocijo y los relatos de la persona exitosa pueden generar sentimientos de competencia, inseguridad, pueden llevar a reproches, irritación y comparaciones. Esto es precisamente lo que le sucede a Nadia cada vez se junta con su familia.
Después de unas cuantas copas, comienzan a salir los trapitos al aire, cada quien habla lo que siente. Hay algunos que se burlan de ella, otros le reprochan y riñen, habrá algunos que ni siquiera se involucran, pero en general la familia parece no festejar el éxito de esta mujer.
Ciertamente cuando la persona está orgullosa de sus logros, tiene un brillo especial, está satisfecha, actúa de forma animada y en algunos casos se llega a embriagar de sus éxitos, olvidándose de voltear a ver a las personas que la rodean. Sin querer y en este caso, esto puede hacer sentir incómodos a los familiares y hasta puede pasar como si la persona exitosa esta actuando con soberbia y falta de atención.
Si la persona exitosa utiliza la prudencia y recuerda continuamente que el verdadero éxito es aquel que la engrandece sin deslumbrar o incomodar a sus seres queridos, seguramente encontrara la humildad necesaria para poder compartir sus logros sin deslumbrar a nadie.
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