
Una red de investigación dirigida por un médico de Mayo Clinic descubrió que la administración de células madres de la médula ósea, una o dos semanas después de un ataque al corazón, no mejoró la función cardíaca de los pacientes. Este es el primer estudio que examina sistemáticamente el momento oportuno y método de administración de las células madre y ofrece información fundamental en el campo de la terapia celular.
Los resultados se presentaron durante la reunión de las sesiones científicas 2011 de la Asociación Americana del Corazón en Orlando, Florida. Además, se publicarán en la revista de la Asociación Médica Americana (JAMA).
“Algunos datos plantean que la terapia con células madre es útil cuando se administra dentro de la primera semana posterior al ataque cardíaco”, explica el Dr. Robert Simari, cardiólogo de Mayo Clinic y presidente de la Cardiovascular Cell Therapy Research Network (Red de Investigación Cardiovascular sobre la Terapia Celular, CCTRN). La red abarca a cinco clínicas y otros lugares financiados por el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud. “Nuestro estudio ayuda a identificar el límite de tiempo en el que la terapia con células madre es provechosa. Ahora sabemos que esta terapia no debe administrarse más de dos o tres semanas después del ataque cardíaco. A pesar de no ser peligrosa, no se descubrió ninguna ventaja de la terapia sobre el funcionamiento cardíaco después de transcurridos seis meses”.
Desde julio de 2008 a febrero de 2011, 87 personas con ataque cardíaco y disfunción ventricular izquierda entre moderada y grave recibieron un placebo o sus propias células madre mononucleares obtenidas de la médula ósea. El estudio, denominado LateTIME, desarrolló un método estandarizado para procesar las células madre mononucleares de la médula ósea y fue el primer ensayo de este tipo en ofrecer una dosis uniforme a cada participante.
Los científicos evaluaron el funcionamiento del corazón a través de una resonancia magnética cardíaca para medir la fracción de eyección o el porcentaje de sangre expelida por el ventrículo izquierdo en cada contracción. No se encontraron diferencias significativas en la función cardíaca entre los resultados de los valores basales y los de seis meses después, ni en el grupo de las células madre mononucleares de la médula ósea (de 48,7 por ciento a 49,2 por ciento), ni en el grupo del placebo (de 45,3 por ciento a 48,8 por ciento).
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