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martes, 26 de abril de 2011

El impacto de los teléfonos celulares o móviles en tu cerebro


Continúa la preocupación acerca del efecto que tiene el uso de los teléfonos celulares en la salud. A propósito, un estudio reciente detectó que los teléfonos móviles o celulares sí tienen un impacto en el funcionamiento del cerebro. Sigue leyendo para que estés al día sobre este tema.
Uno de los desarrollos tecnológicos cuyo uso se ha expandido en todo el mundo es el teléfono móvil o teléfono celular. ¿Te acuerdas de como era la vida cuando no existían estos teléfonos celulares personales que hoy podemos llevar con nosotros a todos lados? Es difícil de imaginarnos no tenerlos disponibles hoy en día.
Desde el momento mismo en que aparecieron estos aparatos surgió un interrogante que hoy sigue sin resolverse con claridad: ¿qué impacto tienen en el cerebro las ondas electromagnéticas que utilizan estos dispositivos? ¿son nocivas? ¿pueden provocar cáncer? En resumidas cuentas, la pregunta que sigue flotando en el aire es: ¿es seguro hablar por el celular?
Para poder establecer comunicaciones de manera inalámbrica, los teléfonos móviles utilizan lo que se conoce como ondas electromagnéticas, las que mediante radiaciones que llevan el mismo nombre transportan la energía a través del espacio.
Existen distintos tipos de ondas electromagnéticas, como la luz, las ondas del radio, las microondas (que son las que utilizan los aparatos con esta denominación para calentar alimentos) y los rayos ultravioletas. Algunas de estas ondas, incluso, se utilizan para realizar estudios o tratamientos médicos de manera controlada y segura, como los rayos X y los rayos gamma y las partículas alfa en los tratamientos de radioterapia.
En este sentido, es sabido que las ondas electromagnéticas pueden provocar cambios sobre el cuerpo. Lo que se desconoce en el caso particular de los teléfonos celulares es si lo hacen o no, y si es así, qué efecto tienen en el organismo y si esos cambios son perjudiciales. Por eso muchas personas consideran que el uso de estos dispositivos puede incrementar el riesgo de contraer cáncer cerebral.
La respuesta a esta preocupación se está investigando prácticamente desde el surgimiento mismo de la telefonía móvil y, lamentablemente, todavía no tiene una resolución certera que deje a los usuarios tranquilos.
Recientemente, un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Medical Association,( la revista de la Asociación Médica Estadounidense), comprobó que una conversación de una hora por el celular estimula las áreas del cerebro más cercanas a la antena del teléfono, aunque todavía no se sabe si esos efectos constituye un riesgo para la salud a largo plazo.
Este descubrimiento representa un nuevo aporte a este tema tan controversial. Hace unos años, por ejemplo, algunos investigadores norteamericanos alertaban sobre la necesidad de prevenir, aún cuando todavía se desconoce a ciencia cierta los efectos de estos dispositivos sobre la salud, y citaban estudios desarrollados por unos científicos europeos y de otras partes del mundo que sí sugerían una relación directa entre el uso de los teléfonos celulares y el desarrollo del cáncer.
Por el momento, las dudas continúan y no hay mucho por hacer. Algunos especialistas sugieren incluir carteles de advertencia en estos equipos (similares a los que figuran en los paquetes de cigarrillos).
A nivel individual, lo mejor que puedes hacer quizás sea limitar el uso del celular lo más posible, sobre todo en los niños y en los adolescentes, en donde se considera que el impacto puede ser mayor. Otras medidas preventivas que podrías tomar son:
  • Busca siempre un lugar donde la cobertura sea máxima, para evitar que tu móvil emita a la máxima potencia
  • Aleja el equipo del cuerpo mientras se establece la llamada, dado que es el momento en que emite con más potencia
  • Utiliza auriculares o la función manos libres para evitar acercar el teléfono a la cabeza
  • Evita, en lo posible, llevarlo encendido y pegado al cuerpo (especialmente cerca de los riñones, el corazón y los genitales)
  • Envía más mensajes de texto y habla menos
  • Habla por períodos cortos de tiempo (por ejemplo, si hablas dos horas por día es preferible que lo hagas en varias llamadas de unos cuantos minutos cada una y no en dos de una hora cada una)
  • No hables en lugares rodeados de metales, como automóviles o medios de transporte público, ya que las ondas electromagnéticas rebotan en las paredes y les cuesta salir de allí. Si de todos modos tiene que hablar, recuerda abrir siempre las ventanillas.
A pesar de estas dudas, se estima que actualmente existen alrededor de 5,000 millones de teléfonos móviles en uso en todo el mundo. Mientras tanto, las investigaciones continúan en busca de una respuesta segura que nos permita hablar con tranquilidad, en todo momento y desde cualquier lugar.
Tomado de Vida y Salud

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